Alzhéimer
Enfermedad neurodegenerativa caracterizada clínicamente por el deterioro progresivo de múltiples funciones cognitivas y neuropatológicamente por la presencia de ovillos neurofibrilares y placas seniles hipocampo-neocorticales. Es la causa más frecuente de todas las demencias.
Alteraciones cognitivas que se dan en la evolución de la enfermedad de Alzheimer
En las primeras fases del deterioro cognitivo, las personas con enfermedad de Alzheimer, no recuerdan cosas sucedidas recientemente, incluso cosas de hace minutos (pertenecientes a memoria reciente) y, sin embargo, recuerdan claramente cosas del pasado (o mantienen los conocimientos aprendidos hace tiempo).
Sea por la desconexión de las redes neuronales que permiten un normal acceso al léxico, o bien por la destrucción neuronal en áreas directamente implicadas en el lenguaje, se dan, primero, y de forma cada vez más frecuente, problemas para evocar la palabra adecuada en las conversaciones (anomia). A medida que este problema se va agravando, el discurso se vuelve cada vez más vacío de contenido, a lo que se le suman problemas en la comprensión, tanto por el efecto del mal funcionamiento de la memoria inmediata, que impide retener la información dicha un momento antes, pero necesaria para comprender el discurso de la otra persona, como por la propia alteración de la complejidad de la función lingüística.
Las funciones ejecutivas son aquellas que componen el funcionamiento ordenado y efectivo del resto de las funciones cognitivas. Tal como expone Elkhonon Goldberg, intervienen como un director de orquesta, haciendo que los distintos procesos cognitivos intervengan de forma idónea en la medida en que son requeridos para la correcta ejecución de una actividad. Esto hace que aparezcan problemas de planificación (de una reunión familiar, de la organización del día, de un viaje…), del razonamiento lógico, de la comprensión de sentidos figurados, ironía…
La agnosia se define como una alteración del reconocimiento de las cosas en ausencia de una alteración en la percepción. Dependiendo de la vía perceptiva de entrada de la información, se distinguen varios tipos de agnosia: visual, auditiva, táctil, olfativa o gustativa.
Una forma particular de este tipo de trastornos es la anosognosia «ausencia de reconocimiento de la enfermedad». Tiene que ver más con las funciones ejecutivas integradoras y la autopercepción (más relacionadas con las funciones ejecutivas) y es algo que, más temprano o más tarde, se hace evidente en las personas con enfermedad de Alzheimer, cuando muestran no ser conscientes o no atribuir la importancia que sería esperable a sus problemas cognitivos.
Trastorno de la ejecución efectiva de actos motores, voluntarios y bien aprendidos, con una finalidad o intención, en ausencia de alteraciones físicas que impidan o dificulten el movimiento. Acciones como emplear adecuadamente los cubiertos, herramientas, abrochar botones, atar cordones, dibujar, hacer gestos comunicativos con las manos… se encontrarían entre los ejemplos de actividades cotidianas que requieren de una adecuada capacidad práxica.
Las funciones visoespaciales nos permiten identificar y localizar en el espacio estímulos visuales. Su alteración se puede manifestar en forma de dificultad para orientarse en el espacio, dificultad para reconocer y localizar objetos en el espacio, o errores al calcular distancias que pueden ocasionar caídas, o accidentes al conducir vehículos.
Sintomatología psicológica y conductual que puede aparecer en la enfermedad de Alzheimer
La depresión se puede hacer evidente tanto por los síntomas como el llanto, la tristeza o desesperanza, como por la pérdida de apetito, disminución acusada de peso o insomnio.
Pérdida acusada de motivación e iniciativa para la realización de actividades. Aunque, en sí misma, es un síntoma habitual de la depresión, en las demencias puede aparecer (y frecuentemente es así) de forma independiente. A veces, se produce una marcada introversión y tendencia al aislamiento en consecuencia de la confusión que el enfermo experimenta ante determinadas situaciones, lo que le lleva a apartarse y no mostrar interés. Es frecuente que la apatía aparezca al inicio del proceso sintomático y perdure, aunque puede fluctuar, a lo largo de las distintas fases.
Este rasgo es la expresión de un miedo anticipatorio a experimentar situaciones desagradables, algún daño o alguna desgracia. La especial dificultad que tienen las personas con demencia de prever lo que sucederá en un futuro, aunque sea inmediato, deriva a menudo en manifestaciones de ansiedad.
Aquellas actividades que el enfermo puede hacer sin ningún objetivo aparente, o como muestra de la incapacidad para regular sus impulsos; hiperactividad motora (vaciar cajones o armarios, cambiar cosas de sitio, realizar una misma actividad repetitivamente…), desinhibición (conductas inapropiadas, desinhibición sexual) o agresividad (verbal o física).
Reacciones aparentemente desproporcionadas en relación con el estímulo que supuestamente las provocó, que suene ser una situación frustrante. Son consecuencia de la dificultad de control y gestión de los estímulos y las situaciones. Así, puede reaccionar chillando o llorando ante ciertos ruidos, ante el desorden, al encontrarse rodeado de mucha gente… O enfadarse mucho cuando se encuentra en presencia de demandas que exceden sus capacidades.
Interpretaciones erróneas de la realidad o creencias falsas, que sostienen a pesar de la evidencia y, por lo tanto, son difícilmente tratables. La presencia de delirios, a menudo, conlleva una actitud de desconfianza hacia las personas de su entorno. Pueden estar convencidos de que su comida está envenenada, pensar que alguien les roba cuando no encuentran sus cosas, o creer que su cuidador o cualquier familiar próximo está conspirando en su contra.
La progresión del envejecimiento, en sí misma, conlleva cambios en los patrones de sueño, siendo más frecuentes los despertares durante la noche y la madrugada, lo cual, a menudo, conlleva somnolencia diurna y necesidad de hacer alguna siesta. Este patrón se suele acusar aun más en las personas con enfermedad de Alzheimer. Además, si se levantan a lo largo de la noche, puede ser que, por desorientación, ejecuten actividades impropias de esa hora: como vestirse, tratar de salir la calle o ponerse a comer.