La comunicación también cobra importancia. Si hasta ahora era un factor importante de la convivencia, ahora debemos tomar más consciencia de su efecto en nuestros mayores. Tanto las palabras como los gestos son recibidos por nuestro familiar como información valiosa de la realidad que ahora mismo no está viviendo.
Debemos explicar a la persona con alzhéimer la nueva situación para tratar de disminuir su confusión y que pueda comprender y habituarse al cambio en las rutinas. Esto conlleva la reiteración de nuevas normas cotidianas como aumentar la higiene, seguir unos horarios, colaborar en actividades domésticas. Os recomendamos leer el artículo “El día a día con una persona con demencia”.
Si la persona enferma no recibe explicaciones se sentirá confundida, no tenida en cuenta y, fácilmente, se incrementará su nerviosismo e inquietud, pudiendo conllevar alteraciones conductuales que dificulten aún más la gestión de la situación. Para ello, se recomienda adaptar la explicación a la capacidad cognitiva según la fase de la enfermedad y el grado de afectación del lenguaje.
Lógicamente, no hay una fórmula única que valga para todos los casos y situaciones, pero algunas explicaciones clave pueden ayudar a la persona con alzhéimer a comprender la excepcionalidad de la situación y por qué las cosas ahora mismo son diferentes a lo habitual. Se adaptarán los mensajes y daremos mayor o menor detalle según su capacidad cognitiva, pero también según su intranquilidad y su necesidad de saber. Desde la Fundación Pasqual Maragall proponen estos mensajes:
- Hay un virus nuevo que se contagia muy fácilmente y está causando que mucha, mucha gente tenga que ir al médico o ingresar en el hospital. Se llama coronavirus.
- Este virus causa unos síntomas parecidos a una gripe, como son tos, fiebre y dificultad de respiración.
- En la mayoría de casos los síntomas son leves pero, si se infecta mucha, mucha gente, como ya ha pasado en otros países, los servicios médicos no dan abasto y no se puede atender adecuadamente a todo el mundo que lo necesita.
- Las personas mayores o que tienen otras enfermedades pueden sufrir más complicaciones, que pueden llegar a ser graves o muy graves.
- Por todo ello, las autoridades sanitarias y del gobierno han pedido que, durante unos días, todo el mundo se quede en su casa o en el lugar donde vive normalmente.
- Como se contagia muy fácilmente y las personas mayores son especialmente sensibles, tenemos que evitar salir de casa y no podemos recibir visitas de otras personas, aunque estén sanas, porque cualquiera puede ser portador del virus y no saberlo (particularmente niños y jóvenes, por eso también minimizamos el contacto con ellos).
La prioridad debe ser exponer la situación actual y las limitaciones con que nos encontramos de forma sencilla y comprensible, escuchándola atentamente y observando su reacción para procurar dar respuesta a sus dudas e inquietudes. También es importante decir que todo el mundo está igual, es decir, que estas indicaciones las ha de seguir toda la población.
Aún teniendo en cuenta todas estas recomendaciones, es posible que se den momentos de incertidumbre, inquietud o ansiedad. Si detectamos que se debe a la preocupación recuperaremos los mensajes claros para proporcionar serenidad, repitiendo las indicaciones si es necesario, con mucha paciencia. Sin embargo, evitaremos hablar del mismo tema constantemente, si nuestro familiar no lo demanda. Por eso, es muy importante establecer unas rutinas que incluyan diferentes actividades que ayuden a mantener el bienestar físico y mental. Leed o repasad el artículo “Alternativas terapéuticas en el domicilio”.
La importancia de nuestra actitud en la comunicación
No sólo es importante el contenido de la información que le proporcionemos, sino también la manera en la que lo hagamos. Debido al deterioro cognitivo, nuestro familiar puede no comprender muy bien lo que le decimos pero sí la manera, el tono de voz, los gestos que lo acompañan. Si nosotros nos mostramos tranquilos, seguros y confiados, es más probable que la persona con Alzheimer lo reciba con mayor tranquilidad, seguridad y confianza. Si, por el contrario, nos mostramos nerviosos, asustados o confusos, esas serán las sensaciones que más fácilmente trasladaremos. Es lo que se conoce como el “contagio emocional”.
En resumen, ante circunstancias excepcionales como la actual, compartiremos la información de forma ajustada a la capacidad de comprensión de la persona con alzhéimer, resolviendo sus dudas y realizando tareas dinámicas cotidianas que favorezcan la actividad y la estimulación.